La sobrina de la Tía Gervasia y el fútbol

 Después del absurdo argumento de la alcaldesa de Gijón, Ana González, sobre el motivo de la cancelación de la concesión de la Plaza de Toros para eventos de toros, sólo cabe preguntarse si la regidora de todos los gijoneses gobierna para ellos o sólo para los suyos. Y por los suyos me refiero a sus amigos, a sus compañeros de partido, a sus palmeros o a las mismas, pero en femenino, no sea que me llame machista ( y/o machisto) a mí también y me prohíba escribir dentro de los límites de Gijón.

La sobrina de la Tía Gervasia ha sobrepasado todos los límites de la correcta convivencia local. Quizá, su 'capitalismo' le hace odiar a los gijoneses y esa sea su explicación para complicarle a las humildes gentes de la capital de la Costa Verde su día a día en materia de tráfico, movilidad, toros o cualquier otra libertad, otrora básica.

Gijón debe decir basta. Sus votantes deben valorar si anteponen al PSOE o a la villa de Gijón. Si quieren doctrina sectaria o libertad. Les quedan dos largos años para pensarlo.

¿Se imaginan que sigue esta línea y, como no le gusta el fútbol, lo prohíbe?; o, como no es ni de Gijón, ¿le da por prohibir que el Sporting juegue en El Molinón? Podría justificar, en su 'modus operandi', que en las gradas hay gritos de todo tipo, incluídos homófobos, xenófobos y oviedófobos. Tiempo al tiempo.

Foto: Al Platu Vendrás

Juan Ahuja